Summer Time (Y Es Solo El Principio)

Pues sí, ya llegó el verano. Y con él una maleta de topicazos que año tras año nos van cayendo inevitablemente, y lo gracioso es que nos los tomamos como si fuera la primera vez, empezando, por ejemplo, por las noticias, y si no decidme, ¿cuántas veces habéis oído lo de hidrataos bien, evitad las horas centrales del día y cosas por el estilo? Pues así un año y otro, pero bueno, rellenan gran parte del noticiario acompañado todo por imágenes de los relojes-termómetro que tenemos puestos por las calles y gente bañándose en las fuentes públicas.

Y es que no deja de sorprenderme la reacción y comentarios de la gente en cuanto llega el verano, del tipo de «Pues este calor ya no se va». Vamos a ver, ¿de verdad esperas que estemos a 15º en julio? Bueno, antes de seguir entended que todas estas referencias están más orientadas a la mitad sur de la península, aunque en el norte también tengan sus momentos de bochorno, pero deben entender que por tierras andaluzas el termómetro se olvida de los «diecialgo» mínimo hasta septiembre o…

Después tenemos también un clásico veraniego como es la lucha patria de a ver dónde hace más calor. En la ciudad de cada uno siempre hace al menos uno o dos grados más que en cualquier sitio. Si en Madrid hace 36º, aquí en Jaén hace 38º, y si después se ve que en Granada hace 40º, aquí automáticamente sube a 42º. El caso es que siempre haga donde vive cada uno más calor. No se, nos hace sentir más duros, como queriendo decir «si vosotros estáis fresquitos», aunque no se pueda ni salir a la calle del calor. Después, al fin y al cabo, en la tele van a decir que hace calor en Córdoba y Sevilla nada más, aunque me río yo de eso comparado con mi coche aparcado en la calle a las cuatro de la tarde.

Por supuesto no todo va a ser calor, y para eso tenemos a la gente que por estas fechas ya te dicen «pues yo voy a pasar el verano al pueblo». Esta frase siempre me ha hecho gracia, y es que cuando lo dice tanta gente lo único que piensas es en lo grande que será ese «pueblo», que todo el mundo va allí, porque es que nadie especifica, «al pueblo» y ya está. Esto también se ha modificado un poco cambiando «pueblo» por «campo». En el caso concreto de mi ciudad, la gente «se baja al campo», da igual que esté al norte o que no haya que bajar ni siquiera porque sea una zona más elevada, pero aquí se baja al campo. La cosa está en que, en cuanto llegas allí, la mayoría de las veces ni hay campo ni nada, son urbanizaciones en lo que un día fue campo, pero vamos, exactamente lo mismo que las partes nuevas de cualquier ciudad. En fin, somos felices llamándole campo.

Volviendo a los pueblos, aquí me encuentro con algo muy curioso, y es que, al contrario de las capitales, en todos hace frío, absolutamente en todos. Da igual que esté a 10 kms de la ciudad y pertenezca a la misma zona climática, y que geográficamente sea imposible, pero siempre te dirán que hace diez o quince grados menos, todo esto con la que, para mi, es una de las frases estrella: «yo duermo todas las noches con la manta echada». No hay nadie que pase el verano, o parte de él, en el pueblo y no diga esta frase. Está escrita en nuestro ADN. Yo creo que de verdad duermen con una manta pero no nos cuentan que revientan de calor, pero la manta no te la puedes quitar, que estás en el pueblo. Y cuando dicen esto pensarán que los demás no hemos ido a pueblos o no hemos dormido en ellos. ¡Que no nos convencéis! ¡Que hace el mismo puto calor o incluso más! Si mi recuerdo de llegar casi a cualquier pueblo es abrir la puerta del coche y escuchar a las cigarras (o chicharras como las llamamos aquí) con su concierto ensordecedor. Eso qué es, ¿por el fresquito?

En fin, me quería despedir no sin antes decir que, ya llegó el verano, ya llegó la fruta, y el que no salte, es un hijoputa.